El Senior Cohousing, motor de cambio y oportunidades en la lucha contra la Despoblación Rural
Es muy reconfortante y alentador comprobar cómo son numerosos los especialistas que, desde diversos ámbitos profesionales, como el Despoblamiento, el Desarrollo Rural, los Nuevos modelos Habitacionales, la Innovación Social, las Cooperativas e incluso los “co-algo” (co-Housing, co-living o co-Working), han incorporado a su discurso y apuestan, decididamente, por las bondades y oportunidades que supone el Senior Cohousing para la lucha contra la Despoblación y el Reto Demográfico.
Y la razón, que nos llena de alegría, es que desde Hábitat Colaborativo fuimos los primeros que identificamos al Senior Cohousing como una actividad fundamental en la fijación de la población de las zonas rurales despobladas, tanto por su capacidad de atención a los mayores, como por la de generar actividades económicas en su entorno.
Lo cierto es que lo hicimos con cierto atrevimiento y debido, sin duda, a nuestros orígenes profesionales en el Desarrollo Rural. También, es seguro que nuestra ubicación en Baena, municipio rural de Andalucía, tuvo algo que ver. Y así lo publicamos en nuestro blog en mayo del año pasado.
Prueba del convencimiento y compromiso con esta apuesta es que los primeros proyectos que hemos abordado se han ubicado en pequeños municipios rurales de nuestra comunidad autónoma, allá por finales de 2017. En Baena, con una cooperativa de viviendas y dos Senior Cohousing, en Frailes y Begíjar, todos municipios rurales y, el menor, de tan sólo 1.600 habitantes.
Nuestro conocimiento y contraste de la realidad del medio rural, principalmente de Andalucía, nos hizo ver en las viviendas colaborativas para mayores, además de su probada eficacia en la lucha contra la soledad no deseada, su valía para la dinamización de pequeños municipios.
Convencidos de las posibilidades del modelo como motor de cambio y oportunidades de las zonas rurales, identificamos en la demanda creciente de la sociedad urbana, de un cambio del modelo de residencias y de búsqueda de espacios más saludables y naturales para el disfrute de un envejecimiento activo (tendencias que se han acrecentado por la incidencia de la pandemia), un punto de conexión y de oportunidad.
Nos propusimos así, extender a otras zonas geográficas las bondades del modelo. Eso nos llevó a aliarnos, en mayo del pasado año, con el Instituto de Desarrollo Comunitario (IDC), asociación estatal sin ánimo de lucro, con 35 años de historia y experiencia en el impulso y sostenimiento del Desarrollo local-territorial en España, e iniciar la colaboración con ese objetivo mutuo. Realizamos unas primeras acciones de divulgación pero, la situación excepcional de la pandemia no nos han puesto fácil la tarea. Tras un necesario paréntesis, continuamos la relación y retomamos, de nuevo, las actividades previstas en estos días.
Igualmente, fuimos capaces de ilusionar con nuestra idea a la Diputación Provincial de Málaga. Y no es casualidad, puesto que se trata de una de las administraciones públicas más activas de España en el impulso de la Innovación Social y la Lucha contra la Despoblación y el Reto Demográfico. La primera consecuencia fue que participamos, en julio del pasado año, en el «Balcón de Experiencias Inspiradoras para la Innovación Social» que organiza La Noria, su centro de Innovación Social.